EDUCARSE ES DE VALIENTES: PREMIO MARTA MATA DE PEDAGOGIA 2017
La 37º edición del Premio Marta Mata de Pedagogía ha sido concedido a la obra “Educarse es de valientes”, coordinada por Xus Martín, profesora titular de la Facultad de Educación de la Universidad de Barcelona. En la experiencia y la redacción del texto también han participado Juanfra Carrasco, Mar Espliego, Begoña Leyva, Maria López Dóriga, Iván Manzano, Silvia Martínez, Marcelo Montori y Dulce Valero, miembros de las Unidades de Escolarización Compartida Esclat Bellvitge, Cruce y Fundación SaóPrat o investigadoras del GREM (Grupo de Investigación en Educación Moral de la UB).
«Educarse es de valientes habla de chicos y chicas adolescentes que todos conocemos. Los vemos por las calles de nuestras ciudades con un puesto desenfadado, acompañados de colegas con los que comparten estética, indumentaria, un argot propio, algunos rasgos de sus fisonomías y muchas horas de dar vueltas sin saber bien dónde ir; aspectos que se usan indiferentemente para identificarlos y estigmatizarlos. A pesar de su presencia es bien visible, pocas veces los encontramos en espacios sociales en los que sí participan otros jóvenes de su edad. No forman parte de los consejos de jóvenes, ni son monitores de tiempo libre, ni a los grupos, ni están apuntados a un gimnasio, ni a una escuela de música, ni frecuentan las bibliotecas municipales, ni forman parte de ninguna asociación en defensa de los derechos los animales, ni los encontramos en las manifestaciones, ni …. no, no participan de la mayoría de instituciones sociales para que no se sienten parte de la sociedad. A pesar de ser muy jóvenes, ellos y sus familias han vivido múltiples expulsiones y han aprendido rápido que no tienen acceso a bienes y servicios al alcance de otros sectores de la población.
Pero lo que tienen en común los adolescentes protagonistas de este trabajo no queda reducido a trayectorias vitales complicadas ni a la falta de relación con las instituciones sociales. Son hombres y mujeres que también comparten experiencias singulares que los han hecho crecer y de las que se sienten orgullosos. Una de ellas es finalizar la escolaridad después de haber sufrido el fracaso escolar y el absentismo, dificultades ante las que no se han rendido. Con buenas dosis de coraje y de confianza han salido adelante y actualmente finalizan la etapa obligatoria en centros educativos no ordinarios.
Otra experiencia que los une tiene que ver con su capacidad de dar y de implicarse en la mejora del bien común. Con perseverancia se han formado, han adquirido conocimientos y han desarrollado destrezas que les han permitido dar respuesta a algunas de las carencias detectadas en su entorno. Todos y todas han llevado a cabo actividades de aprendizaje servicio en las que, y gracias a su esfuerzo y generosidad, otras personas han podido disfrutar de una mejora. Acostumbrados a ser receptores de ayudas sociales, el cambio de rol -ser ellos quienes dan, quienes aportan quien obsequien- les ha des-ubicado y puesto ante nuevos retos. Mientras los adolescentes ayudaban a colectivos de su comunidad, a su alrededor pero también en su interior, han pasado muchas cosas. Cosas que queremos explicar en los distintos capítulos. «…. Y que se puede leer en breve.
(Fuente: ApSValors)