Descripción
Una de las mayores dificultades con las que se enfrentan nuestras modernas sociedades avanzadas es integrar la diversidad de órdenes de conciencia, de sentidos individuales y sociales que, debido a la intensa diferenciación cultural que la globalización ha propiciado, comparten hoy un número creciente de individuos. Un sinfín de modos distintos de pensar, de sentir; de maneras diversas de ser y estar en el mundo que, por lo general, expresadas bajo creencias, actitudes, valores y comportamientos dispares y paradójicos, conviven inarticuladamente en un clima de invisible interacción extraordinariamente complejo y diferenciado. Una dinámica de cambios sin precedentes que, por el drástico distanciamiento cultural que representa respecto del modo tradicional de reproducción del sentido histórico de nuestras sociedades, está poniendo sigilosa pero progresivamente en crisis el uniforme orden moral de sentido único que tradicionalmente cohesionaba nuestras sociedades y la eficacia socializadora de las instituciones que lo sustentan.