Un corto en ‘stop motion’ por y para personas con autismo
Tres jóvenes aragonesas han creado el proyecto ‘Comunícate’, que se ha colado entre los finalistas de una convocatoria nacional y que están haciendo realidad desde enero en Autismo Aragón.
Su meta es crear un cortometraje mediante la técnica del ‘stop motion’, si bien el producto final no es el valor más importante de su proyecto ‘Comunícate’. Con él quieren contribuir a mejorar la calidad de vida y apoyar la inclusión en la sociedad de personas con necesidades educativas especiales o discapacidad intelectual y, más concretamente, de personas con Trastorno del Espectro Autista utilizando una herramienta muy concreta: el audiovisual.
Así lo plasmaron Yasmine Garrido, Andrea Gutiérrez y Leticia Doñate en las primeras líneas del bosquejo de un proyecto que enviaron el pasado mes de noviembre a la convocatoria nacional de la tercera edición de ‘Historias en red’, iniciativa organizada por la fundación Lo que de verdad importa y Bankia que busca ideas trenzadas por grupos de jóvenes que se unen y se movilizan para realizar actividades en favor de fundaciones, asociaciones u oenegés, “enredando a su entorno en favor de una causa social”.
Las tres aragonesas trabajan en el programa ‘Terapias Audiosuales’ –basado en utilizar las disciplinas audiovisuales como instrumento pedagógico para generar beneficios en personas con discapacidad, enfermos de alzhéimer…-, paraguas bajo el que se ha gestado ‘Comunícate’ en Zaragoza y de la mano de Autismo Aragón.
El estar entre las ocho historias seleccionadas como finalistas en la convocatoria, siendo además las únicas de la comunidad, les ha permitido conseguir una subvención y hacer realidad su idea desde enero en la sede de esta asociación. Y al por qué han decidido trabajar con este colectivo responden con contundencia: “Es necesario que este trastorno tenga más visibilidad y que consigamos, con la ayuda y la implicación de todos, que se logre una integración total de quienes lo padecen”, afirma Leticia Doñate.
A los conceptos audiovisuales les suman técnicas psicológicas, trabajando así todos los viernes durante una hora con 11 usuarios de Autismo Aragón, y junto a varios voluntarios, desde “la inteligencia corporal cinestésica, la motricidad, la activación de las neuronas espejo, la comunicación verbal y no verbal o el fortalecimiento de la identidad de grupo a la enseñanza de los principios básicos del ‘stop motion’ y su puesta en práctica”, enumeran las autoras.
Esto se traduce en actividades de diferente naturaleza que persiguen un fin: que los protagonistas del proyecto comprendan en qué consiste el ‘stop motion’ para que sean ellos los que creen en los próximos meses, con la ayuda de las responsables del proyecto, la historia audiovisual final. Para ello, en las primeras sesiones de las doce que llevarán a cabo ya han trabajado la expresión corporal y desarrollado juegos y dinámicas para practicar la imitación y conseguir la asociación de conceptos con gestos, han realizado manualidades para crear la decoración del escenario del corto y han comenzado a imaginar y representar su historia en pequeños teatrillos. “Daremos forma a una serie de figuras y muñecos que serán los protagonistas del cortometraje, y los once chicos los moverán y realizarán las fotos con las que después se montará el audiovisual”, detalla Doñate, quien no omite la complejidad de la tarea: “Son cientos de imágenes entre las que no puede haber saltos y se tiene que apreciar el movimiento. Hay que ensayar mucho hasta conseguir hacerlo bien”.
“Todo el mundo puede comunicar”
El grupo de usuarios de Autismo Aragón que participa en este recién nacido proyecto es heterogéneo en cuanto a edades, aunque la mayoría de los participantes ya habían tenido experiencias previas con el audiovisual. “Algunos son fanáticos de la fotografía, a otros les llaman mucho la atención los cortos, les encanta ser directores, actores…”, ahondan las promotoras de ‘Comunícate’. Gracias a la utilización de las técnicas audiovisuales, “se sienten valorados y protagonistas cuando se ven en pantalla o contemplan su trabajo, les hace muchísima ilusión y, a nivel comunicativo, algunos experimentan avances verbales y corporales, perdiendo la vergüenza o ganando en autorrealización”, señalan.
La comunicación es, por ende, la cuestión sobre la que gira la historia del futuro corto, en la que una familia se marcha a vivir a un país distinto al suyo y no saben comunicarse con los demás. Los niños comienzan a utilizar pictogramas y la lengua de signos en el colegio hasta que, finalmente, aprenden el idioma. Un relato que refleja que “todo el mundo puede comunicar de la manera que sea”, subraya Leticia.
La difusión suma
Desde el próximo mes de marzo los finalistas de esta convocatoria comenzarán el ‘reto en red’ y tendrán que mostrar y difundir cómo han llevado a cabo su proyecto para conseguir visibilidad a través de las redes sociales, internet, los medios de comunicación… Los apoyos serán valorados y una de las ocho historias en red será premiada con una dotación económica destinada a la organización seleccionada. “Para dar a conocer nuestro proyecto y llamar la atención, ya estamos pidiendo a la gente que nos envíe fotos con la palabra ‘comunícate’. Las vamos publicando en las redes sociales, pues todo suma y ayuda”, explica Doñate.
Sin embargo, el propósito de las tres jóvenes es que su iniciativa no termine con el fin de ‘Historias en red’. “Vamos a continuar con ella al margen de la convocatoria y nos gustaría que nuestra idea se pudiese convertir en un futuro curso que acerque el ‘stop motion’ a las personas con discapacidad y que se lleve a cabo en diferentes asociaciones”, concluyen.
(Fuente: Pilar Soro. HERALDO. 22/2/2017)